Empezamos la semana con un día de frío, pero a nosotras/os no nos importa... Los días grises no nos afectan a los que pensamos que el color del día sólo depende de nosotros mismos.
Me siento muy orgullosa y contenta hoy. El sábado hice una colaboración como maquilladora en el Parque del Retiro y conocí a dos personas encantadoras, lo cuál me hace muy feliz y, el martes comienzo a trabajar en una nueva empresa...qué más se puede pedir.
En la entrada de hoy voy a retomar y, a ampliar la información sobre las pieles sensibles de las que hablé en una entrada anterior. Siempre he tenido mucha información sobre este tipo de piel y, he tenido siempre la sensación de que algo se me escapaba, de no tenerlo todo muy claro y bajo control y, eso no me gusta ya que me hace sentir insegura. He oído hablar de las pieles irritadas, de las pieles intolerantes, de las pieles atópicas, en definitiva, de las pieles sensibles. Nunca he sabido si eran el mismo tipo de piel, es decir si las piel sensible engloba todas las mencionadas, si sufren síntomas diferentes y, si provienen de las mismas causas. Si queréis saber más, quedaros conmigo descubriéndolo y, leyendo. Comenzamos.
LAS PIELES SENSIBLES
La piel sensible es una piel reactiva y con baja tolerancia a las agresiones externas. Este cutis suele presentar un aspecto terso y luminoso en la juventud, libre de impurezas o granitos, pero una vez comienzan a cumplir años, desarrollan todos sus síntomas de hipersensibilidad.
La piel sensible no presenta un escudo compacto, ya que muestra una barrera cutánea deficiente y permeable, lo que permite que los agentes irritantes penetren con facilidad. Pero no sólo permiten la entrada de activos agresivos, sino que además facilita la evaporación del agua de la piel, lo que contribuye a que se deshidrate y seque con facilidad.
No es necesariamente una piel alérgica, aunque puede ser más frecuente la presencia de eccemas de contacto de origen inmunológico que otras pieles.
Clínicamente es una piel inestable, alternando episodios de normalidad con otros de irritación con enrojecimiento, sequedad e incluso descamación y erupciones. Aunque es más frecuente en la región facial también se da en escote y otras zonas como las extremidades o cuero cabelludo. Los episodios se desencadenan por exposición al sol, frío, sequedad ambiental o por la aplicación de cosméticos y perfumes.
La piel puede ser sensible sin más o formar parte de una patología dermatológica específica como la rosácea, en cuyo caso hay episodios de vasodilatación intensa, capilares dilatados e incluso pústulas. En otras ocasiones el paciente tiene historia de atopía respiratoria (asma, eccemas en localizaciones típicas, etc...) y se trata de un caso leve de dermatitis atópica. También las pieles grasas pueden ser sensibles como en el caso de la dermatitis seborreica y el acné tratado agresivamente o después de un tratamiento con isotretinoína. Esto último es lógico ya que el tratamiento produce cierta atrofia de las glándulas sebáceas que son las encargadas de lubricar la piel.
La piel sensible necesita mucha más atención que cualquier otra, por eso es necesario tomar medidas a la hora de llevar a cabo su limpieza y su hidratación. Para que la piel sensible luzca de la mejor forma posible debemos empezar no por los productos químicos o cosméticos, sino por la alimentación. Se deberían incluir alimentos ricos en vitamina C (kiwis, naranjas), se debe reducir o eliminar el consumo de bebidas alcohólicas así como el de alimentos picantes o que contengan especias.
*Importante mimar mucho la piel. Cuidarla y protegerla.
La piel sensible suele reaccionar de forma no deseada a los cambios bruscos de temperatura, por lo que es necesario evitar los lugares demasiado calientes y húmedos, como los baños de vapor o saunas, ya que los cambios de temperaturas suelen romper los vasos capilares causando un enrojecimiento en las mejillas.
Esta piel debe limpiarse con jabones muy suaves sin detergentes ya que éstos eliminan el manto hidrolipídico de la piel y la deja desnuda frente a las agresiones. Lo ideal son las leches limpiadoras, las aguas y las texturas tipo mousse. Posteriormente se puede aplicar una pulverización de agua termal. Después hay que hidratar abundantemente con cremas con alto contenido en grasa que ayuden a reconstituir el manto hidrolipídico con formulas hipoalergérgenicas, es decir, con pocos ingredientes, sin perfumes, sin conservantes y sin alcohol.
Por supuesto, hay que protegerse bien del sol. Si la piel muestra intolerancia a los filtros químicos existen protectores con agentes físicos que no dan problemas y son más eficaces.
Las cremas con ácidos frutales, retinol o cualquier otro tipo de sustancia exfoliante resulta contraproducente en los cutis sensibles, y pueden derivar en molestias, irritación e incluso cuperosis. Las pieles frágiles deben optar por técnicas no agresivas; son preferibles por tanto los tratamientos con láser tipo luz pulsada intensa que los peelings.
La luz pulsada tiene un efecto estimulador de la piel y mejora las pieles vasodilatadas.
La piel sensible produce molestias como picor, ardor, escozor, tirantez, quemazón, acaloramiento, hormigueos que afectan de alguna forma la calidad de vida de las persona afectada. Aunque en muchos casos no se acompañe de signos clínicos visibles, siendo más una sensación subjetiva, genera muchas dudas a la hora de decidir el cosmético a usar (a esto me refería más arriba cuando os decía que disponía de mucha información pero a veces es difícil saber qué ocurre en la piel sensible y qué productos en concreto debe usar ya que como he mencionado también más arriba se asocia la pie sensible a: dermatitis atópica, seborreica, acné, eccema de contacto, psoriasis).
Puede verse muy afectada y empeorar por varios factores:
1-Factores Medioambientales o Físicos: Frío, sol, viento, radiaciones UV...
2-Factores Químicos: Cosméticos, jabones, agua, contaminación..
3-Factores Psicológicos: Estrés, emociones, cansancio...
4-Factores Hormonales: Ciclo menstrual...
También afecta otros factores como el estilo de vida: Dieta, higiene, actividad laboral, consumo de ciertos medicamentos, tratamientos dermocosméticos no adecuados al tipo de piel.
Componentes como: Alcohol, propilenglicol, butilenglicol, trietanolamina, ácido tricloro acético y los alfa hidroxiácidos presentes en algunas formulaciones de productos de higiene, que en función de su concentración pueden ser más o menos irritantes, pueden ser un factor agravante en este tipo de pieles, por lo que es muy importante la elección del cosmético en todos estos casos.
Para concluir podemos decir que este tipo de piel reacciona a estímulos que no producen ningún efecto en otros tipos de piel. Esta hipersensibilidad de la piel es el resultado de una disminución de su umbral de su tolerancia. Cuanto más sensible es la piel, menor es su umbral de tolerancia. Dos factores son responsables de esta disminución de tolerancia:
-La epidermis de las pieles sensibles e intolerantes presenta una alteración de su función de barrera. Este fenómeno favorece una deshidratación de la piel y, sobre todo, la penetración de agentes potencialmente irritantes.
-Las pieles sensibles e intolerantes también se caracterizan por una superproducción de radicales libres asociadas a una secreción anormalmente elevada de citoquinas, moléculas proinflamatorias.
-Consejos para cuidar esta piel:
1-La mejor opción es que antes de comprar un producto pidamos una muestra, o que nos la prueben en la muñeca. Mejor si ha sido testado dermatológicamente, aunque esto no nos asegura que nuestra piel lo tolere.
2- También el uso de cosméticos minerales sería bueno ya que no contienen parabenos ni conservantes.
3-Cuando miréis la composición de un producto, aseguraos de que no contenga sulfato de sodio, fragancias y si es posible, pocos aceites esenciales. A las pieles sensibles, los maquillajes que mejor les suelen funcionar, son los de fórmulas simples. Cuántos más componentes tenga un producto más probabilidades de que alguno provoque alergia.
4-Para las personas con problemas de piel es recomendable que terminemos los productos empezados y que no los guardemos durante meses hasta volverlos a usar ya que un cosmético oxidado puede hacer daño a una piel delicada.
*Como dato estadístico: El 62% de las mujeres manifiestan tener la piel reactiva, sensible, irritable e intolerante a prácticamente todos los cosméticos, incluso al agua. El 32% de los hombres se quejan de molestias en la piel.
*MIMA TU PIEL ELLA TE LO AGRADECERÁ Y LUCIRÁ SIEMPRE BELLA. DELICADEZA ES IGUAL A BELLEZA Y SALUD. NO ESTROPEES LA BARRERA QUE TE PROTEGE DE TODO EL MAL EXTERIOR. LA BELLEZA ESTÁ EN TÍ.
ESPERO OS HAYA GUSTADO LA ENTRADA DE HOY. BESOTES.
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