¡Por fin viernes! ¡Biennnn! Ayer estuve leyendo y viendo todas las entradas o post que he subido hasta ahora y creo que las agresiones externas que causan el envejecimiento cutáneo quedó incompleto o no lo expliqué lo suficientemente bien así que hoy me esforzaré al máximo para que quede más claro y lo escribiré tipo esquema. Allá voy.
AGRESIONES EXTERNAS
1- EL SOL:
Diariamente la piel es agredida por los rayos solares, es decir los ultravioletas UVA y UVB, los Infrarrojos y Luminosos, que llegan hasta nosotros pero que penetran de distinta forma en nuestra piel.
La mayoría de los rayos UVB es detenida por la capa córnea; no obstante un 20% penetra hasta la capa basal y un 10% alcanza la dermis. Los rayos UVA penetran más profundamente en la dermis. De un 20% a un 30% llegan a la dermis profunda.
Los rayos infra-rojos y los luminosos penetran hasta la hipodermis (¡Dios mío la capa más profunda de nuestra piel!). Todos estos rayos generan diferentes reacciones cutáneas y son responsables de:
2- Los UVB:
- Del bronceado.
- Delas quemaduras, eritemas solares, insolaciones..
- De algunos cánceres de piel.
3- Los UVA:
- De la pigmentación inmediata (color que se tiene al final de la exposición pero desaparece casi totalmente 2 horas después).
- Del envejecimiento cutáneo.
- De las intolerancias solares (lucitis, alergias a la luz solar).
4- Los Infrarrojos:
- De la sensación de calor (eritema térmico).
- De la dilatación de los vasos sanguíneos.
- Potencian los efectos de los rayos UVB.
5- Los luminosos:
- Aportan vitalidad y optimismo, luchando contra la depresión.
- Favorecen la síntesis de vitaminas D, que fija el calcio en los huesos.
*La piel posee un sistema natural de protección frente a los daños ocasionados por el sol: la melanina, causante del bronceado, producida por los melanocitos, células que se encuentran en la capa basal. En caso de exposiciones intensas, este sistema inmunitario se debilita (mecanismo de inmunosupresión).
6- La inmunidad:
En la epidermis existen unas células muy particulares: las células de LANGHERANS (que representan del 2% al 3% de las células), auténticos ''vigilantes'' cuya función es la defensa inmunitaria de la piel. Estas células van a identificar a cualquier elemento agresor (sustancias u organismos extraños), a capturarlo y conducirlo a los ganglios linfáticos, donde será destruido por los linfocitos. Las células de Langherans son muy sensibles a los rayos UV.
7- La inmunidad y el sol:
Durante las exposiciones solares intensivas, los rayos UV alcanzan el núcleo de algunas células de la epidermis. Los génes del ADN pueden entonces resultar dañados. En este caso se presentan tres posibilidades:
A) La célula, demasiado dañada, no sobrevive, siendo eliminada por el sistema inmunitario.
B) La célula es dañada, pero sus alteraciones no son irreversibles. En este caso, es reparada gracias a los sistemas reparadores.
C) En exposiciones importantes, la célula resulta estropeada, pero sobrevive. Desgraciadamente, como el sistema inmunitario también ha sufrido una radiación importante de rayos UV, se ha debilitado y la reparación no se realiza correctamente. La célula entonces, va a reproducirse con un código genético erróneo, lo que con el tiempo puede favorecer la aparición de un cáncer cutáneo (melanoma).
Todas estas circunstancias denotan la importancia de proteger la piel del exceso de radiaciones solares, reforzando sus defensas naturales y preservando su sistema inmunitario.
En las distintas firmas de cosmética encontramos productos solares con filtros para protegernos de los rayos UVB, UVA e incluso algunos casos, de los infrarrojos. Estos filtros pueden ser físicos o químicos, foto-estables e impermeables al agua. Además pueden incorporar otros elementos protectores y reparadores de las células y del sistema inmunitario. (Más adelante en otra entrada hablaremos más detalladamente de protectores solares de firmas cosméticas)